Para explicar esta exposición reproduzco el texto de presentación para la edición del Festival FotoEncuentros 2010 en que fue incluida.
En marzo de 1991 las tropas de la coalición liderada por Estados Unidos para desalojar a Sadam Husein de Kuwait dieron por terminada su ofensiva en territorio iraquí, a unos 150 kilómetros al sur de Bagdad. El régimen baasista sobrevivió. Animados por la debilidad militar iraquí durante el ataque internacional, las poblaciones descontentas con el dominio suní y baasista se rebelaron, al socaire de la derrota del ejército de Sadam. Los chiíes, en el sur, y los kurdos, en el norte, se alzaron en armas. Sin embargo, las fuerzas reservadas por Sadam Husein le sirvieron para reprimir salvajemente las revueltas inconexas kurda y chií. Al norte, en Kurdistán, la represión fue brutal. En el sur, también. Las ciudades kurdas fueron escrupulosamente “peinadas” en busca y captura de rebeldes. Las montañas kurdas fueron bombardeadas a conciencia.
Turquía, que también observaba un reavivamiento del independentismo kurdo, cerró su frontera, dejando atrapados a millones de kurdos iraquíes. Un millón tres cientos mil kurdos iraquíes huyó a través de las montañas en dirección a Irán, que abrió sus fronteras de la provincia de Shardhast para acoger uno de los mayores éxodos del siglo XX. La catástrofe humanitaria fue tremenda, a pesar de que Irán consiguió ayuda internacional de ACNUR para hacer frente a la marea humana que llegó a su territorio. Las imágenes muestran escenas de los primeros días del éxodo de los kurdos iraquíes y su entrada en el Kurdistán iraní.
J.L. VIDAL COY