Chichicastenango es uno de los lugares clave de las sierras del noroeste de Guatemala. Lo fue en la época de la dura y larga guerra civil. Lo sigue siendo ahora como lugar de referencia de las culturas indígenas guatemaltecas. Allí está, sobre una colina junto al límite de la ciudad, un curioso y abigarrado cementerio en los que los difuntos quedan bajo los tonos pastel que decoran tumbas y mausoleos. El colorido contrasta y complementa el de los bordados huipiles de las mujeres, la vestimenta más común entre las que habitan las montañas guates. Los colores de las telas y de los enterramientos, sobre todo de estos, hacen del camposanto de Chichi el más cromático del país.